MONOGRAFIA
domingo, 13 de abril de 2014
martes, 1 de abril de 2014
INTRODUCCIÓN
La presente
investigación tiene por objeto determinar: la
inclusión de un enfermo paralítico en su ambiente familiar.
A
menudo, a los padres les cuesta asumir que su hijo/a crece, siendo la
adolescencia la etapa más difícil de asimilar. Tienen que ser
conscientes de que su hijo/a debe ir asumiendo las responsabilidades
propias de su edad y capacidades.
Se
observa que cuanto mayor es la dependencia y necesidad de cuidados
personales, mayor es, también, el peligro de que el padre y/o la
madre vayan asumiendo tareas y responsabilidades que les
corresponderían al hijo/a con parálisis.
Es
por esta y otras razones, que se encontrará a lo largo de la
reciente monografía, adjunta a esta, se encuentra las definiciones
más claras para poder entender y asimilar desde un principio básico,
a que es lo que se refiere la llamada Parálisis.
De igual manera se detallará:
LA PARÁLISIS
FORMAS DE PARÁLISIS
COMPLICACIONES
TIPOS
DE TETRAPLEJIA
lunes, 31 de marzo de 2014
INCLUSIÓN DE UN ENFERMO DE PARÁLISIS EN SU AMBIENTE FAMILIAR
AMBIENTE FAMILIAR
LA FAMILIA Y LOS ENFERMOS DE PARÁLISIS
¿Qué es la familia?
La familia, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural, universal y
fundamental de la sociedad, tiene derecho a la protección de la sociedad y del
Estado. Los lazos principales que
definen una familia son de dos tipos: vínculos de afinidad derivados del establecimiento de un
vínculo reconocido socialmente, como el matrimonio que, en algunas sociedades, sólo permite la unión entre
dos personas mientras que en otras es posible la poligamia, y vínculos de consanguinidad, como la filiación entre padres e hijos o los lazos que
se establecen entre los hermanos que descienden de un mismo padre. También
puede diferenciarse la familia según el grado de parentesco entre sus miembros.
No hay consenso sobre la definición de la familia. La
familia nuclear, fundada en la unión entre hombre y mujer, es el modelo
principal de familia como tal, y la estructura difundida mayormente en la
actualidad. Las formas de vida familiar son muy diversas, dependiendo de
factores sociales, culturales, económicos y afectivos. La familia, como
cualquier institución social, tiende a adaptarse al contexto de una sociedad.
Es en la familia, donde
el ser humano, aprenderá lo que son los afectos y valores. De qué manera hay
que manejarlos y que es lo correcto a realizar y lo que no. La formación
valórica de la familia, es irremplazable. Aquello no lo aprenderá en el colegio
o la universidad. Sólo en su familia. Núcleo de amor, afecto y comprensión. Al
igual, que escuela primordial de los valores y virtudes a seguir.
ACTITUDES DE LOS FAMILIARES CON ENFERMOS DE PARÁLISIS
Las actitudes que
adoptan los padres ante la experiencia de tener un hijo/a con parálisis dependen
de múltiples factores personales y sociales. Partiendo de la teoría de Hovland
y Rosenberg (1960), que concibe la actitud como la congruencia entre el afecto
y las creencias ante un objeto u evento, Romero y Celli, de la Universidad de
Zulia (Venezuela) realizaron, en 2004, una investigación que describe las
actitudes de las madres ante la experiencia de vivir la parálisis de su hijo,
teniendo en cuenta los componentes afectivos, cognitivos y conductuales de cada
actitud. La autora aplicó la “Escala de Actitud para Parálisis Cerebral” (Celli
y Romero, 2000) a una muestra formada por 50 madres de niños con esta afección
y edades comprendidas entre 3 y 70 meses, que, en 2002, estaban asistiendo a
instituciones de Educación Especial en el estado venezolano de Zulia. Los
resultados confirmaron la teoría en virtud de la cual la congruencia entre las
creencias y el afecto predice una conducta más estable que, a su vez, favorece
el desarrollo integral en el niño/a con parálisis, es decir, las actitudes
positivas hacia el niño/a y su futuro mejora su evolución. Por el contrario,
este desarrollo del niño/a puede verse entorpecido por las actitudes
proteccionistas de las familias y de las propias instituciones (Gómez González
y Alonso Torres, 1999). A menudo, a los padres les cuesta asumir que su hijo/a
crece, siendo la adolescencia la etapa más difícil de asimilar. Tienen que ser
conscientes de que su hijo/a debe ir asumiendo las responsabilidades propias de
su edad y capacidades. Se observa que cuanto mayor es la dependencia y
necesidad de cuidados personales, mayor es, también, el peligro de que el padre
y/o la madre vayan asumiendo tareas y responsabilidades que les corresponderían
al hijo/a con parálisis. Es preciso que todos y cada uno de los miembros de la
familia aprendan a negociar roles y que vayan viviendo cada etapa de la vida
con los cambios naturales y sociales propios de cada individuo.
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